Ana María Matute, flamante ganadora del Premio Cervantes 2010, ha acudido puntual a su cita con la prensa en un conocido hotel de Barcelona. Puntual y, sobre todo, contentísima. Su rostro, siempre afable y resplandeciente, desprendía en esta ocasión la felicidad de saberse, por fin, reconocida pero, sobre todo, valorada. «En este momento puedo decirlo: Soy feliz, enormemente feliz».
«De verdad que no me lo esperaba. Sí es cierto que este año sonaba más mi nombre, pero es que en otras ocasiones también había sucedido y al final decidieron no dármelo. Pero tengo que reconocer que no he pegado ojo en toda la noche». Así ha comenzado la rueda de prensa Ana María Matute, una comparecencia animada por su peculiar sentido del humor, su afabilidad y, también, su sordera. Y es que la Premio Cervantes 2010 ha tenido que avisar a cuantos periodistas han acudido a escucharla que «no es que sea dura de oído, es que soy sorda».
Esta peculiaridad (son cosas de la edad) no ha hecho más que animar el ambiente, ya de por sí bien dispuesto a recibir con los brazos abiertos a quien hasta hoy era la eterna candidata al premio más importante de las letras españolas. ¿Y por qué ha tenido que esperar tanto tiempo? «Pues será porque pensaban que no lo merecía», ha justificado la siempre cordial y correcta Matute, hoy más que nunca señora de nuestra literatura.
«Uno no escribe para ganar premios. Si se los dan, es maravilloso, pero yo no escribo para ganar premios. Escribo para mis lectores, para que me lean», ha apuntado al autora de «Olvidado Rey Gudú». Un libro que, como ella misma ha reconocido, es su favorito, aunque puntualiza que «me gustaría que leyeran todas mis obras». Una obra con la que siempre ha querido comunicar una sensación de pérdida: «Desde el primer cuento que escribí hasta ahora, siempre he querido comunicar la misma sensación de desánimo, de pérdida, porque vivir es también perder cosas. Eso sí, con eso no quiero dar una imagen de pesimista, que no lo soy».
Esas sensaciones se han visto reflejadas en una bibliografía no muy extensa pero, desde luego, fundamental para entender la historia de la literatura en España. Y es que Ana María Matute siempre ha tenido necesidad de escribir libros. ¿El próximo? «Estoy en ese momento en el que lo tengo todavía en la cabeza, aunque si queréis una fecha quizá después de las fiestas. Nunca sé lo que puede durar un libro, es un misterio, como todo lo de la vida. La vida es mágica y eso también es mágico», ha explicado Matute.
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