miércoles, 15 de octubre de 2014

¿Es posible un español global?


Supremacía de la redacción


Empezaría por poner en duda la existencia de los idiomas nacionales, entendidos como realidades compactas e inamovibles. Apenas lo miramos de cerca, un idioma nacional se fragmenta en lenguas y dialectos que se subdividen a su vez en hablas locales. En cada caso, además del acento, vemos cambios en los nombres de los alimentos, de las prendas de vestir, de los utensilios domésticos, de los juegos y de las diversiones, todo lo cual dificulta la comunicación, pero también, si se quiere, la estimula. En este sentido, el llamado español global me parece una entelequia todavía mayor que los españoles nacionales. Ni siquiera la televisión, que ha sido siempre un potente factor de homogeneización lingüística, escapa a la ley de la proliferación incesante de localismos, modismos, jergas y demás usos puntuales y a menudo efímeros (y no por efímeros menos significativos) en los cuales se sustenta cualquier lengua viva.

El español global sólo puede existir en la escritura, como estilo literario. Su optimismo comunicativo sólo puede plasmarse de esa forma. De hecho, existe así. No es de sorprender, porque toda escritura representa cierta normalización del habla y conlleva su potencial globalización. Las revistas de las aerolíneas, para citar un caso, están redactadas en ese estilo global. Dije redactadas, no escritas. El verdadero problema lingüístico actual, en mi opinión, no es la globalización idiomática, sino la gradual supremacía de la redacción sobre la escritura, tanto en ámbitos frívolos como eruditos, un problema que habría que atacar desde la escuela. Mientras la escritura tiene su semilla en el uso oral del lenguaje, y de él se nutre, la redacción nace con una sordera crónica, desligada de los movimientos íntimos del habla, a la que sin embargo remeda groseramente, y de ahí su éxito y propagación inmensa, desde las revistas de avión hasta las académicas.

La metáfora de la vida


Los biólogos estamos acostumbrados a apoyarnos en metáforas lingüísticas, y ya es hora de devolver el favor. Como el lenguaje, la vida se propaga y se bifurca sin cesar en reinos, filos, clases, órdenes, familias, géneros, especies y razas formando una maraña inabarcable donde todo parece valer, desde la exuberante cola del pavo real hasta el ojo escueto del águila, que posee mecanismos para corregir las aberraciones de su lente que han inspirado a generaciones de ingenieros, y desde las cien neuronas contadas del gusano hasta la orgía de complejidad y enredo del cerebro humano, en una explosión de pluralidad ante la que dan ganas de tirar la toalla y descartar esta materia por incognoscible.


Pero, como la lingüística, la biología nació como ciencia y ha podido progresar gracias al reconocimiento de sus principios generales: que toda la vida está hecha de células que provienen por división de otras células; que a toda subyace el mismo metabolismo central, una red de compuestos y reacciones que, por otra parte, tiene tanto sentido como pueda tener un producto de la historia; que toda vida está basada en moléculas autorreplicantes que saben sacar copias de sí mismas y propagar así la información una generación tras otra de forma independiente de los caprichos de la existencia; y el principio más general: que nada tiene sentido sino a la luz de la evolución, y que entender algo equivale a entender su origen y los principios de su construcción. No voy a dirigirles a través de la metáfora —es seguro que ustedes ya lo habrán hecho a medida que leían—, pero sí ofreceré una coda: por mucho que nos guste reconocernos en nuestra irreproducible diversidad, siempre necesitaremos un español estándar para entendernos, y para que nos entiendan los estudiantes de español para extranjeros. Salgan del cascarón y hablen claro, que hay niños escuchando.

Articulo aparecido en la edición digital de El País,sección cultural.

http://cultura.elpais.com/cultura/2014/10/09/babelia/1412856501_684428.html

martes, 18 de marzo de 2014

EL PALABRERO - POR QUE


Buenos días a tod@s!

Hoy os traemos una interesante audio, en el que explican las posibles dudas del libro "Las 500 dudas más frecuentes del español" centrándose en el uso de los "por que". Podréis escucharlo en el siguiente enlace: AUDIO

Esperamos que os guste!

Audio aparecido en la web de RTVE, en radio a la carta (http://www.rtve.es/alacarta/audios/el-palabrero/palabrero-si-16-03-14/2448772/)

jueves, 20 de febrero de 2014

De «¿Lo pillas?» a «mire usted»: las muletillas más usadas en español

Hola a tod@s!!

Hoy os traemos un interesante y entretenido reportaje en el que nos habla de las tan utilizadas muletillas en el español.Esperamos que os guste!


Nuestro idioma acoge una gran cantidad de tics verbales que sirven de apoyo a la hora de expresar un discurso. ¿Qué función tienen? ¿Se utilizan de forma consciente? ¿Es contraproducente su uso?

Como quien no quiere la cosa, en el transcurso de cualquier conversación se repiten constantemente una serie de expresiones que los interlocutores han adquirido de modo rutinario. ¿Me entienden? De algún modo, ninguna persona, por raro que parezca, es ajeno a tal situación. Por decir algo, hasta hace unas semanas ni siquiera yo había caído en la cuenta de este tipo de costumbres verbales. Esto... ¿qué os iba a decir...? Ah, sí, que según el Diccionario de la lengua española (DRAE) una muletilla queda definida como la «voz o frase que se repite mucho por hábito».
Todos aquellos que han leído el párrafo anterior pensarán, y con razón, que quien suscribe estas palabras ha perdido la cabeza. Nada más lejos de la realidad. Se trata de un ejemplo totalmente exagerado del uso, o más bien abuso, que una persona puede hacer de las muletillas en cualquier tipo de contexto. Normalmente son un recurso oral y sirven para complementar el discurso, ya sea con la intención de mantener el interés, subrayar una puntualización, poner énfasis en algo o buscar la aprobación del resto, entre otras funciones.
Sin embargo, el empleo constante de éstas puede derivar en un vicio que deja en evidencia la falta de mensaje y las carencias lingüísticas de todo aquel que las emplea. Como ejemplo, vuelvan al primer párrafo y observen el arte de hablar sin decir nada. Mª Teresa Estellés, presidenta de la A.L.E. (Asociación de Logopedas de España) y directora de Centros Ortofón, respalda esta última postura, «el uso de las muletillas es siempre contraproducente. El motivo es claro: son un distractor para el receptor del discurso, al que no llega el mensaje».
Paula Martos, licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Granada, explica la importancia de elegir con atención los registros en que se deben utilizar, «a pesar de que la función que tienen es justamente facilitar la comunicación, puede ocurrir que el uso inapropiado de determinadas unidades genere situaciones en las que no sea así. En función de la pretensión que tengamos, emplearemos unos recursos u otros, por lo que la selección de estos debe ser cuidada».
En determinadas ocasiones, las muletillas son empleadas exclusivamente para hacer mas armoniosa la locución sin aportar nada al sentido de la frase. Martos aconseja tener en cuenta los valores expresivos que escogemos para hablar, «aun cuando se entiende que uno de los rasgos de las muletillas es su repetición, podemos crear una imagen de pobreza lingüística si recurrimos a ellas de manera excesiva. De este modo, no solo hay que atender a las unidades que escogemos, sino al peso de los elementos con valor expletivo que empleamos en nuestro discurso».
Extenso repertorio
«Es decir», «digo yo», «¿me explico?», «como si dijéramos», «pues nada», «¿lo pillas?», «no es porque yo lo diga, pero...», «escucha un momento» o «mire usted», son solo algunos ejemplos del amplio abanico de muletillas que abarca nuestro idioma. Englobadas dentro del mismo término general, conviene saber los diferentes tipos que existen: El latiguillo, caracterizado por su naturaleza temporal de modo similar al recorrido que traza una moda; la empuñadura, necesaria para encauzar y conducir determinados coloquios; y el timo, cuya principal característica es su carácter repetitivo en varias fases de un mismo alegato.
Frontera de la consciencia
Volviendo a la definición de la RAE, no queda claro el grado de voluntariedad que tienen los seres humanos cuando reproducen una serie de muletillas. Estellés resalta que «en un primer momento son conscientes pero, con su constante repetición, llegan a automatizase y utilizarse de forma inconsciente». Mientras que Martos responde en base al sentido organizacional o intencional que posean, «generalmente, son automáticas, ya que su valor está relacionado con la gestión del discurso. No obstante, no hay que olvidar que existen diversos tipos de muletillas en función de la actitud que tengamos. Por lo tanto, podemos marcar su carácter inconsciente, pero sin olvidar que en algunos casos la elección puede estar determinada por una serie de factores externos». ¿Queda claro? Pues fin de la cita.

Articulo aparecido en la edición digital de El ABC,sección cultural.


http://www.abc.es/cultura/20140220/abci-muletillas-idioma-201402200308.html

lunes, 20 de enero de 2014

¿Almóndiga o albóndiga?: Dudas y curiosidades del español

Buenos días a tod@s! Hoy os traemos un divertido articulo acerca del nuevo libro publicado por la RAE, se trata de la obra «ReAprende Español: 101 cagadas (y otras curiosidades) de nuestra lengua» y en el se hablan de diferentes curiosidades de nuestro idioma, sin duda, una obra que no podréis dejar de leer.

¿Almóndiga o albóndiga?:  Dudas y curiosidades del español


El libro «ReAprende Español: 101 cagadas (y otras curiosidades) de nuestra lengua» sugiere que los hispanohablantes revisen su vocabulario a veces menos acertado y correcto de lo que creían.

Puede sonar fea, soez, malsonante, inapropiada e incluso escatológica. Sin embargo, la palabra cagada, incluida en el subtítulo de esta información, forma parte de la musical orquesta que es la lengua española. Recogida por el Diccionario de la Real Academia, se refiere en modo coloquial a la «acción que resulta de una torpeza». En Cuba también se utiliza para designar a una persona «idéntica o semejante a otra en el físico o en su manera de comportarse». ¿A que no lo sabías? «Tu hermano es cagadito a ti...» Grandes tesoros con dejes peculiares guarda nuestro querido español.

Pero el castellano, de palabras hermosas, pulcro, formal y en negro sobre blanco prefiere los eufemismos y se acomoda, en ocasiones, en las incorrecciones. Con tal de no ofender maquillamos la realidad y en lugar de la palabra cagada solemos usar el término «equivocación», «metedura de pata» o «torpeza» en registros formales.
No obstante, este empeño del hispanohablante por asear su lenguaje puede provocar imprecisiones y son estas mismas las que ha puesto de relieve (que no en relieve) el libro «ReAprender Español: las 101 cagadas -y otras curiosidades- de nuestra lengua» (Ed. Bolchiro), escrito por un equipo de periodistas para Irazusta Comunicación y con prólogo de la letra g de la RAE, la escritora Soledad Puértolas.

Obama es negro y no miento
Sin miramientos, lo primero que abordan es el uso de eufemismos, como cuando utilizamos la palabra negro para describir a una persona «de color». Obama es negro, aseveran. Y tienen razón. Su color de piel es «oscuro» pero queda feo decírselo a uno en la cara, aunque de este modo le estemos mintiendo al mismísimo presidente de los Estados Unidos o, mejor dicho, estemos «faltando a la verdad».




«Nunca digas de este (esta) agua no beberé ni este cura no es mi padre»
Otro aspecto que abordan es el refranero español. «Nunca digas de este este (esta) agua no beberé, ni este cura no es mi padre». En esta expresión el artículo demostrativo «este» es incorrecto aunque socialmente aceptado, al igual que la palabra biquini, escrita con la «q» española pese a que la «Ortografía de la lengua» aconseje que se escriba con k de whisky que, por otro lado, está mejor escrito con diéresis (güisqui). Un lío, vamos.
Los autores de este manual, María Irazusta, Beatriz Fernández, Nacho Miquel y Noemí Sánchez, aseguran que hasta el mismísimo Lázaro Carreter e incluso Lope de Vega cometían lo que originalmente eran errores y que con el uso del castellano se han ido aceptando. Miguel Delibes era un profundo laísta. Sabía que lo hacía mal y le gustaba y Lázaro Carreter usaba el vulgarismo «espúreo» en lugar de «espurio». Todo ello sin ánimo de engañar.

Al rescate de la lengua
«El objetivo es que en las redes sociales se hable mejor»
«El objetivo que persigue este libro es claramente que en las redes sociales se hable mejor. Muchas veces no somos conscientes de que las expresiones que utilizamos no son las correctas», cuenta María Irazusta, quien advierte de que los medios de comunicación contribuyen a esto aunque no son los culpables. «Lo que queremos es salir al rescate de la lengua movidos por el amor al lenguaje», confiesa.
El equipo de Irazusta lanza este libro con mucha ilusión y empeño en que se convierta en un manual rápido de consultar, porque «todos, hasta los más cultos, a veces tenemos dudas». Para facilitar su lectura lo han publicado en formato electrónico, que podrá comprarse a través de Amazon por 4,99€, además de visualizarse en el móvil.

«ReAprende español» pretende ser el más rebelde de los manuales, siempre en consonancia con lo que estipula la RAE. «Nosotros partimos de palabras que están aceptadas. Sin embargo, ponemos el acento en aquellas que suenan raras». Se refieren a términos como «almóndiga» y «albóndiga» o «asín» y «así», que sí están recogidas en el diccionario, y a superlativos como «nigérrimo» (negro, negrísimo), que no lo están.

«Periodiquismos»
Asimismo, ponen el acento en palabras que en origen tenían un significado y que con el tiempo han ido ciñéndose a otro. En este sentido, destacan términos como álgido, que ha pasado de ser frío a caliente o lívido que hacía referencia a un color amoratado aunque en la actualidad tire más hacia el blanquecino. En cuanto a los «periodiquismos», en este libro se recogen estructuras como «en base a», «a nivel de», muy habituales en los medios de comunicación pero que son erróneos.

Lo cierto es que la lengua la hacen los hablantes, hecho por el que la RAE se adapta con cada vez más celeridad a los cambios en el idioma, incluyendo anglicismos y tecnicismos. Que no resulte raro que en un futuro acepten la palabra «whasapearse» en lugar de «nos escribimos un mensaje». A dónde vamos a parar...


Articulo aparecido en la edición digital de El ABC,sección cultural.
http://www.abc.es/cultura/libros/20140120/abci-cagadas-castellano-dudas-201401151327.html

lunes, 13 de enero de 2014

Berlín lee en español


Hola a tod@s!!

Hoy os traemos un interesante y entretenido reportaje en el que nos muestran las diferentes opciones culturales relacionadas con el español que os ofrece la ciudad de Berlín. Esperamos que os guste!

Tres librerías especializadas en literatura en castellano, ciclos y un festival de cine hispano y hasta una 'spanish rock invasion' el próximo mes de marzo


Berlín bulle de actividad hispana. En la capital alemana se organizan encuentros y actividades culturales con sabor español para todos los gustos. Desde festivales de cine como el Spanisches Filmfest Berlin, cuya última edición proyectó lo mejor del cine español y colombiano al público de la ciudad, a exposiciones de todo tipo. El Instituto Cervantes de Berlín es una parada obligada para nuestra cultura, pero no es la única institución que traslada a la capital lo más destacable del universo hispano. En la Haus der Kulturen der Welt también se imparten clases de español. Concebida como un foro internacional de la cultura en su vertiente más amplia, en este espacio multicultural tienen cabida actividades tan diversas como obras de teatro, exposiciones y charlas, a menudo de carácter hispano. Hervidero de lenguas y nacionalidades, es recomendable seguir de cerca su interesante programación.

La ciudad cuenta también con varias salas que programan ciclos de cine español de forma más o menos regular. Entre ellos destaca el del cine Babylon, con un pase fijo los lunes por la tarde en colaboración con el Instituto Cervantes. Otra iniciativa que cuenta con el patrocinio del Cervantes tiene que ver con la música. El acogedor Bassy Club, un local especializado en grupos rockabilly y de los años cincuenta, es el punto de encuentro durante el mes de marzo para los seguidores de la música indie de nuestro país, mes en el que se organiza la Spanish Rock Invasion, un festival en el que han participado grupos como Los Coronas y Arizona Baby, o la cantante madrileña Cristina Rosenvinge.

La creatividad hispanoparlante nutre la oferta de circuitos guiados por la ciudad en español. Las de la compañía Viva Berlín se benefician de un equipo joven, entusiasta y conocedor de una ciudad cuyo arte, cultura y forma de vida aman. Hay que destacar también las propuestas de Berliner Unterwelten, asociación que organiza rutas guiadas por la urbe subterránea, una oportunidad única de visitar espacios secretos de singular interés histórico. El procedimiento para participar en las mismas es muy sencillo: Viva Berlín tiene puntos de encuentro en el Berlín Oeste y el Berlín Este, céntricos y fáciles de encontrar. Las curiosas rutas de Berliner Unterwelten son accesibles desde la propia asociación, ubicada en la estación de metro de Gesundbrunnen, zona en la que el vanguardista barrio del Mitte se transforma en Wedding, y en la que el castellano en varios acentos (de andaluz a mexicano) llegará a nuestros oídos como preludio acústico a la visita.

Pero si algo fluye hacia Berlín con especial fuerza estos días es nuestra literatura. La ciudad cuenta ya con tres librerías especializadas en literatura en castellano, tres espacios muy personales que celebran la diversidad de la literatura hispanohablante. La Escalera es una coqueta librería especializada en libros de segunda mano, un pulmón de aire necesario para el lector en nuestra lengua, ya viva en Berlín o esté de paso. Además, ofrece clases de español y encuentros literarios. En su web podemos informarnos sobre las lecturas que organizan. La Rayuela es una estupenda librería con vocación de espacio multidisciplinar. Aparte del espacio libresco, bien nutrido de autores españoles y latinoamericanos en ediciones tanto originales como en traducción alemana, se complementa con actividades tan diversas como talleres de creación literaria, lecturas y charlas, presentaciones de libros… También ofrece clases de español, y de alemán, en la academia con la que comparten espacio. La cafetería, gestionada por un equipo hispanohablante, complementa de forma brillante este punto de encuentro e intercambio cultural para los amantes de lo hispano.

 La benjamina de las tres es la librería Bartebly & Co., proyecto personal de Ana S. Pareja, editora del sello independiente Alpha Decay. Ubicada en Berlín desde hace años, Pareja se ha diferenciado de sus predecesoras creando un pequeño templo a la edición independiente española, libros quizá de difícil acomodo en otras librerías extranjeras debido a su público conocedor y a su especialización. Entre sus anaqueles encontramos lo más representativo de los principales sellos independientes españoles. Una sección de segunda mano en varios idiomas complementa el fondo de un local pequeño pero acogedor en extremo, ubicado frente a un pequeño jardín y en uno de los enclaves más multiculturales de la ciudad, entre Kreutzburg y Neukölln. Una de sus principales novedades lo constituye la biblioteca de préstamo en la cual, por el módico precio de 20 euros anuales, el lector ávido de libros en español puede surtirse de una amplia oferta de lectura. Otra simpática novedad son sus sábados de vermú, un encuentro con vocación de quedada de fin de semana en cualquier capital española destinado a convertirse en referencia obligada para los nostálgicos.

El constante flujo de movilidad demográfica de los últimos años ha beneficiado a esta ciudad plural y creativa, y no hay duda de que tanto el hispano residente en Berlín como el alemán amante de la cultura española han sabido dinamizar lo mejor que han podido esa oferta cultural para el disfrute de un público inquieto y creativo.

Articulo aparecido en la edición digital de El viajero, perteneciente al periodico El Pais