Hay
imágenes que simplemente acompañan a un texto o a un diálogo, pero, también existen imágenes
que hablan por sí solas. Estas últimas, son un gran instrumento que ofrece enormes
posibilidades en la enseñanza de una lengua.
Conocer
un nuevo vocabulario puede ser más efectivo, comprender una regla gramatical
más sencillo, el significado de una palabra, un contenido cultural, etc. El
profesor ahorra tiempo en sus explicaciones, que en ocasiones se hacen demasiado
largas y terminan por desmotivar y aburrir a los estudiantes.
Las
imágenes, pueden además ser muy bien aprovechadas para la práctica o el
desarrollo de las destrezas comunicativas ya que fomentan la creatividad, la
participación y favorecen la dinámica de clase.
Existen
diferentes tipos de imágenes con las que se puede trabajar en el aula: fotos,
mapas, obras de arte, dibujos, comics… En cualquier nivel de aprendizaje y en
cualquier fase de la unidad didáctica.
Y
lo más importante de todo, despiertan la curiosidad de los estudiantes.